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Cáncer de próstata

Crioterapia para el cáncer de próstata

La crioterapia (también llamada ³¦°ù¾±´Ç³¦¾±°ù³Ü²µÃ­²¹ o ³¦°ù¾±´Ç²¹²ú±ô²¹³¦¾±Ã³²Ô) emplea temperaturas muy frías para congelar y eliminar las células cancerosas de la próstata, así como la mayor parte de la próstata. A pesar de que a veces se le denomina ³¦°ù¾±´Ç³¦¾±°ù³Ü²µÃ­²¹, no es realmente un tipo de cirugía.

¿Cuándo se usa la crioterapia?

Algunas veces se emplea la crioterapia si el cáncer regresó después de la radioterapia. Puede ser una opción para tratar a hombres con cáncer de próstata en etapas tempranas de bajo riesgo  que no pueden recibir cirugía o radioterapia. Sin embargo, la mayoría de los médicos no usa la crioterapia como primer tratamiento contra el cáncer de próstata.

¿Cómo se administra la crioterapia?

Este tipo de procedimiento requiere de anestesia espinal o epidural (la parte inferior de su cuerpo es adormecida) o anestesia general (usted está dormido).

El doctor emplea la ecografía transrectal (TRUS) para guiar varias sondas huecas (agujas) a través de la piel que se encuentra entre el ano y el escroto hasta la próstata. Entonces, se pasan gases muy fríos a través de las agujas para congelar y destruir la próstata. Para asegurarse de que se destruya la próstata sin causar demasiado daño a los tejidos adyacentes, el cirujano emplea la ecografía para observar cuidadosamente mientras realiza el procedimiento. Durante el procedimiento, se pasa agua salada tibia en la uretra a través del catéter para evitar que la uretra se congele. El catéter se deja colocado por varias semanas para permitir que la vejiga se vacíe mientras usted se recupera.

Después del procedimiento, es posible que necesite permanecer en el hospital de un día para otro, aunque muchos hombres regresan a sus casas el mismo día.

La crioterapia es menos invasiva que la cirugía, de manera que generalmente hay menos pérdida de sangre, una hospitalización más breve, menor tiempo de recuperación y menos dolor. Sin embargo, en comparación con la cirugía o la radioterapia, los médicos tienen mucha menos información sobre la eficacia a largo plazo de la crioterapia. Al igual que con la braquiterapia, puede que este tratamiento no sea una buena opción para los hombres que tienen glándulas prostáticas grandes.

Posibles efectos secundarios de la crioterapia

Comparado con lo que ocurre en los hombres que se someten a este procedimiento como primera forma de tratamiento, los efectos secundarios de la crioterapia tienden a ser peores si se hace en hombres que ya han recibido radioterapia.

La mayoría de los hombres tiene sangre en la orina durante uno o dos días después del procedimiento, así como dolor en el área donde se colocaron las agujas. También es común la hinchazón del pene o el escroto.

La congelación también puede afectar la vejiga y el recto, lo que puede causar dolor, sensaciones de ardor, y la necesidad de orinar o defecar con frecuencia. La mayoría de los hombres recobran la función normal de los intestinos y de la vejiga con el pasar del tiempo.

A menudo, la congelación daña los nervios cercanos a la próstata que controlan las erecciones. La disfunción eréctil es más común después de la crioterapia que después de la prostatectomía radical. Para información sobre cómo lidiar con los problemas de erección y otros asuntos relacionados con la sexualidad, consulte El sexo y el hombre con cáncer.

La incontinencia urinaria (cuando hay problemas para controlar la orina) ocurre pocas veces en los hombres que se someten a la crioterapia como primer tratamiento del cáncer de próstata. Sin embargo, es más común en los hombres que ya han recibido radioterapia.

Después de la crioterapia, en menos del 1% de los hombres aparece una fístula (conexión anormal) entre el recto y la vejiga. Este problema que se presenta en pocas ocasiones, pero que puede ser grave, puede causar que haya un escape de orina al recto, lo que a menudo requiere de una cirugía para corregirlo.

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society

Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.

Actualización más reciente: agosto 1, 2019

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